¿QUIENES SOMOS?

Comunidad Marista en Ocotlán

El Colegio Colón es una institución de inspiración cristiana Marista, que se ocupa de la formación de adolescentes, para contribuir a su desarrollo integral y ofrecer a la sociedad según el carisma de San Marcelino Champagnat, nuestro fundador.

Con 200 años de experiencia educativa y presencia en los cinco continentes, la congregación Marista, fundadora de nuestro colegio, tiene como misión “Dar a conocer a Jesucristo y hacerlo amar”.

MISIÓN

Ofrecemos a los adolescentes, especialmente a los más vulnerables, una educación evangelizadora de calidad, integral e incluyente, que los forma para la vida según el carisma de Marcelino Champagnat.

VISIÓN

El Colegio Colón será una comunidad educativa donde se vivan los valores humanos y evangélicos, donde se formen adolescentes capaces de participar activa y responsablemente en el mejoramiento de la sociedad actual, que se manifiesten como personas abiertas y solidarias con sus semejantes y su entorno, capaces de emplear su liderazgo y conocimientos en bien propio y el de los demás.

VALORES

Respeto: Vemos a la persona como la imagen y semejanza de Dios, merecedora de nuestro respeto y ternura; como un ser en formación continua y apoyamos su crecimiento en la libertad personal y en el conocimiento de las exigencias y responsabilidades de la vida.

Responsabilidad: Sabemos responder como individuos y como grupo a lo establecido por reglamentos y a lo adquirido como obligaciones aceptando sus consecuencias.

Amor al trabajo: Marcelino mostró siempre amor al trabajo útil y funcional, por ello tratamos de estar siempre útilmente ocupados, sabiendo que el trabajo genera productividad.

Solidaridad: Luchamos por sentir y aceptar a todo ser humano como hermano, dispuestos a ayudar al más necesitado y conscientes de que todos deben tener oportunidades para superarse y tener una vida digna. Salir de nosotros mismos para entregarnos comprometidamente aún a costa de sacrificios.

Sencillez: Nos expresamos y manifestamos con naturalidad, tanto en el porte físico como en nuestras relaciones interpersonales; por este valor nuestras relaciones son auténticas, con expresiones honestas, respetuosas de la dignidad y libertad de las personas.